Sonsoles de la Peña, conocida en redes sociales como @pideporesaboca, se ha convertido en una referencia nacional en el arte de poner la mesa. Sus seguidores no solo admiran su creatividad, sino también su cercanía y generosidad compartiendo ideas y detalles que embellecen lo cotidiano. Porque Sonsoles no decora para impresionar: lo hace para vivir mejor y rendir homenaje a los pequeños gestos que hacen de una casa un lugar feliz.
Su hogar, en pleno barrio de Salamanca, es la traducción emocional de esa filosofía. Allí vive con su marido, Javier, desde hace varios años. Desde el primer momento, lo tuvo claro: no quería un proceso lento ni provisional. Ella es de las que “llega y decora”, porque necesita llenar los espacios de historia, color y emoción desde el principio.
El comedor, el salón, el hall y el cuarto de estar son escenarios vibrantes donde coexisten piezas antiguas, objetos de viaje, muebles en terciopelo, papeles tropicales y vajillas de prestigiosas casas europeas: Limoges, Wedgwood, Sèvres, Villeroy & Boch… Muchas están a la vista, otras se guardan con mimo. Todas se usan, se disfrutan, se integran.
La casa también es un homenaje a su historia familiar: desde angelotes heredados y cruces etíopes de su padre hasta el espejo centenario de una amiga. Nada está puesto por azar ni con rigidez. Todo fluye, desde los cacharritos de plata hasta las mesas como celebraciones cotidianas.
El color —turquesa, verde, burdeos, negro— aparece en cada estancia. Su alergia al vacío se transforma en calidez, y su gusto por los objetos únicos convierte cada rincón en relato. “Me gusta vivir de puertas para adentro”, dice. Y eso es lo que transmite su casa: una intimidad rica, creativa y feliz. Sonsoles nos recibe con las puertas abiertas.
Reportaje original de Nacho Viñau Ena. Fotografía: Nacho Viñau Ena.








Por qué y cómo
¿Por qué nos gusta esta casa…? Porque logra algo extraordinario: una coherencia emocional que se traslada a cada estancia. La casa de Sonsoles es un reflejo directo de su personalidad: viva, colorida, acogedora, rica en detalles y profundamente habitable. Todo se usa, todo se disfruta. La aparente abundancia no abruma: seduce y envuelve.
¿Cómo recrear este estilo…? Empieza por atreverte con el color, pero administra bien su distribución. Combina muebles antiguos con piezas de diseño actual, y apuesta por textiles con cuerpo y papeles pintados con presencia. Crea mesas bonitas incluso para el día a día. En Villeroy & Boch y Zara Home encontrarás vajillas para usar sin miedo. Para mobiliario y papeles, Maisons du Monde o Coordonné pueden ser buenos aliados.
En sus propias palabras…
- 100% yo: “Mi casa es muy yo. Maximalista, ecléctica, acogedora. No puedo con los espacios vacíos.”
- Tú lo vales: “Estas mesas las pongo a diario, aunque estemos solos. No es para la foto: es porque me hace feliz.”
- Coherencia: “No concibo que las cosas no estén coordinadas. Hasta las ollas tienen que ir a juego.”
- Puertas adentro: “Me gusta vivir de puertas para adentro. Comer bien, poner bonito, disfrutar la casa.”
- Memoria viva: “Mis piezas favoritas son las que tienen historia. El baúl chino del XVIII, el bureau, los cuadros… No son solo objetos, son memoria.”