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Hacia el reloj ecológico

¿Son nuestros relojes ecológicos?, ¿caminamos hacia el reloj ecológico?, ¿qué de verdad y qué de mentira hay tras la etiqueta de moda, la de lo ecológico? En este post intentamos explicaros qué nos acerca a los criterios que exigen los expertos para adjudicarla  y también a la filosofía que debe guiar a este reclamo de moda, que imponen los tiempos y marca el consumo. Basta un dato para comprobarlo:  lo «eco» ha experimentando un crecimiento de la demanda de un 40% en dos años. Tras estas cifras hay varias razones. La primera, la preocupación por la salud; después, el cuidado por el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

Está claro qué es lo que queremos.  La duda es si todo lo que se nos muestra con la etiqueta «bio» o ecológico es tal. Porque no todo vale. «En lo que hay que poner atención es en las certificaciones que acrediten el origen ecológico o sostenible de los productos», explica Vega Luengo, técnica de la Comunidad por el Clima de Ecodes.

En opinión de esta experta, «sigue existiendo desconocimiento y confusión sobre los sellos ecológicos o de origen sostenible de los materiales que se usan como materia prima».  El término ecológico -recuerda Luengo- hace referencia a que el producto está producido según unas normativas que buscan el cuidado y la protección el medio ambiente con restricciones muy severas sobre pesticidas, fertilizantes químicos y otras sustancias.

Reloj ecologico

En Woodenson hemos tenido clara, desde el principio, nuestra vocación por la madera y el bambú. Nuestra apuesta por  estos materiales ha sido la razón de ser nuestra firma, tanto para nuestros relojes, como para todos los productos y regalos originales que ofertamos a través de nuestra web. Su denominador común es el empleo de este material natural y genuino, que atraviesa épocas y culturas. Sus beneficios con incuestionables. A continuación destacamos tres de ellos, aunque hay muchos más.

Razones como éstas, nos llevan a trabajar con madera y con bambú. Muchos de nuestros relojes están fabricados con éste último material, que tiene importantes cualidades. Aunque formalmente el bambú es una planta, tiene excelentes propiedades mecánicas: es igual de resistente que la madera y tan fuerte como el acero, pero altamente flexible.  Para descubrir algunas de ellas os invitamos a leer nuestro post «El ciclo el bambú y sus beneficios«.

Además, compartimos con vosotros el siguiente vídeo, en el que descubrimos la aldea china del bambú: Zihongshan, en la provincia de Zhejiang. Aquí, como veréis, se siguen explotando los bosques de bambú de forma tradicional y respetuosa con el medio ambiente. Estos árboles se aprovechan para todo, desde la elaboración de muebles a la cestería, pero los ingresos que ofrecen no son mucho más altos que los de la agricultura o la ganadería, lo cual ha hecho que desde hace unas décadas parte de la población haya optado por emigrar y dedicarse a vivir en torno al ciclo de vida del bambú.

Frente a esta realidad de éxodo, varios países de América Latina están apostando actualmente por el cultivo de esta planta como motor económico. Su rápido crecimiento, las ventajas que tiene como material y lo fácil que resulta manejarlo lo hacen inmejorable para numerosos usos, entre ellos la construcción.

Madera de bosques sostenibles  

En el caso que nos ocupa, el de los relojes de madera y/o de bambú, y la pregunta de si puede ser un reloj ecológico cien por cien,  el criterio principal va a ser, evidentemente, la madera.  Imprescindible que proceda de bosques gestionados sosteniblemente y que posea los certificados FSC, PEFC o el Rainforest Alliance. Estas acreditaciones nos garantizan que la materia prima utilizada se ha extraído de forma adecuada, en un lugar en el que se conserva la biodiversidad y se aseguran medios de vida sostenibles.

Porque detrás del concepto «eco» no solo hay un material, hay toda una filosofía de vida.  «En esos bosques debe haber una tala sostenible y especies que no estén en peligro de extinción. Estos certificados acreditan el origen y la cadena de producción sostenible, que incluye que las personas que trabajan allí se encuentran en condiciones dignas de trabajo e, incluso, que se posee un certificado de comercio justo», explica Vega Luengo, desde Ecodes. Queda claro así que lo ecológico no es una etiqueta puntual ni sencilla: detrás de ella hay una forma de ser y estar en el planeta.

Reloj de madera ecologico

¿Relojes ecológicos cien por cien? 

Solventado el asunto de la materia prima del reloj de madera, la siguiente cuestión es comprobar si este complemento puede cumplir con todos los requisitos de sostenibilidad. Porque a la correa y la estructura de madera hay que unir otros materiales imprescindibles para su uso y funcionamiento. Desde la hebilla hasta las manecillas o el sistema interno de funcionamiento.

Por eso, hay que ir paso a paso con cada material y comprobar que se adaptan a los criterios estipulados por las organizaciones ecologistas. Para saberlo, se puede encontrar una guía clara y sencilla en el Escaparate #por el Clima de Ecodes. En él, la Fundación Ecología y Desarrollo elabora un listado de «productos y servicios responsables», al que se pueden aportar ideas para completar un listado con el que se persigue, sobre todo, frenar el cambio climático.

Foto: www.virginiavillacisla.com

En Woodenson podemos garantizar que todos los componentes de nuestros relojes están muy por debajo del uso de sustancias nocivas que marca la Unión Europea, tal como han constatado los recientes informes que encargamos al Instituto Tecnológico Aitex , que acredita que en ningún caso se superan las partículas por millón estipuladas por la normativa actual para los productos que están en contacto con la piel. Algo que se constata en las esferas y las correas de aquellos modelos que combinan la  madera con otros materiales, como el Lady Blue, el Bardot, o el Hypnos, por citar algunos ejemplos de los que modelos que ofrecemos y que, como toda la colección, han sido testados en función de estos criterios internacionales.

Más natural: más saludable y menos alérgeno

La tendencia a lo ecológico, lo hemos destacado al principio del post, tiene su razón de ser en la preocupación cada vez mayor por la salud. Eso ha hecho que se incremente el consumo de productos «bio» en cifras elocuentes: hasta un 24% en el último año, según el último estudio del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Una tendencia aupada por la necesidad creciente del consumidor de saber qué come y qué procesos de producción hay detrás de lo que compra.

Reloj de madera ecologico

En esta preocupación por la salud entra de lleno el cuidado por cada una de las prendas o complementos que están en contacto con nuestra piel, porque cuanto más naturales, ecológicos y menos tratados estén los materiales, más fácil será evitar reacciones indeseadas.

En el caso de los relojes, el uso de materias primas de calidad contrastada y el empleo, sobre todo, de la madera como pieza fundamental ayuda a evitar uno de los grandes enemigos de este complemento: las alergias. «Se calcula -explica la dermatóloga Paz Cerdá- que hasta un 30% de las personas puede presentar reacción al níquel», uno de los componentes que encontramos en la parte trasera de la esfera de prácticamente todos los relojes  y que, por tanto, está contacto directo con el cuerpo.

«Esta alergia -explica la doctora- se traduce en dermatitis«, una patología habitual en las consultas de dermatólogos y alergólogos. Además, las personas que generan este tipo de reacción difícilmente pueden volver a tolerar el contacto con el níquel. La reacción a la madera es casi inexistente; aunque -tal como recuerda la doctora Cerdá- sí hay que estar atentos al tratamiento que ésta ha tenido o a los barnices que ha recibido, puesto que también podrían -en casos más aislados- generar algún tipo de problema.

Lo ecológico llega para quedarse

Una realidad que constata también Elisa Muresan, que desde 2015 regenta en Zaragoza una tienda de ropa cien por cien ecológica que lleva su nombre y que vende a toda España a través de internet. «En cuanto las clientas prueban estos materiales, todo el mundo repite, porque enganchan». La ventaja -además de evitar alergias y reacciones en pieles sensibles- es que son «tejidos suaves, que transpiran y que no se pegan». En su caso, tras probar varias opciones -como la piña- ahora trabajan, sobre todo, con algodón orgánico.

La demanda, también la de moda ecológica, sigue el mismo patrón que constatábamos al principio del post: cada vez mayor. «Los clientes buscan sobre todo productos locales y cada vez  hay más conciencia del cuidado de nuestra piel y del planeta, y todo esto se une en estas prendas ecológicas», explica Muresan.

No estamos, evidentemente, ante una moda pasajera. De hecho, «esperamos que siga creciendo», cuentan desde Ecodes. «Esto fomentará un cambio en los hábitos de consumo de nuestro país. Tal y como se muestra en las diferentes convenciones sobre cambio climático como la última en Marrakech para la Acción Climática Global». En ella, se destacó la necesidad de llevar a cabo una acción común desde todos los sectores de la sociedad contra el cambio climático. Cada vez que adquirimos un producto o servicio, esa acción no repercute solo en nuestro bolsillo, todo tiene un impacto en forma de emisiones de CO2: desde la producción, al embalaje o el transporte, hasta el lugar de venta y el proceso necesario para su eliminación cuando lo desechamos».

Un camino, un reto

La pregunta que planteábamos al principio del post -¿son nuestros relojes ecológicos?, ¿qué de verdad y qué de mentira hay tras la etiqueta de moda, la de lo ecológico?- no tiene una respuesta fácil. Como hemos intentado explicar, son muchos los criterios que entran en juego a la hora de poder atribuirse ese apellido, el de ecológico. Pero si nos queda claro que esas condiciones han ido cambiando y adaptándose a una sociedad que transforma sus hábitos de consumo, una vez constatado que con el actual sistema de producción el planeta es insostenible y que también en nuestra mano está contribuir para frenar su deterioro.

En Woodenson aceptamos el reto de lo ecológico. Somos conscientes de la imagen que proyectamos y trabajamos para que nuestros productos y nuestros proveedores se acerquen cada vez más esos principios. También sabemos que no es un camino fácil y que no se logra en un día, pero tenemos las ideas claras. Seguimos avanzando.